Fue en enero de 1932 cuando un grupo de vecinos del paraje "Correntoso" se reunieron para firmar un acta que finalmente daría vida a la oficina radiotelegráfica. Se inauguraría tras cinco meses de trabajo y años después sería tomada con fecha fundacional. Escribe Yayo de Mendieta.
Exequiel Bustillo había comprado en 1931 dos lotes pastoriles identificados como números XII y XIII, actual Cumelén Country Club. Su establecimiento estaba a casi cuatro horas en bote de Bariloche, lo que ante cualquier necesidad, o en caso de tener que recurrir a atención médica, debía contarse con el día entero, con los inconvenientes y los riegos que se corrían ante una situación inesperada.
A mediados de enero de 1931 decidió tramitar la instalación de un radio-telégrafo en su propiedad. Se dirigió a San Carlos de Bariloche y solicitó una audiencia con el Director de la oficina local de Correos y Telégrafos, el Dr. Carlos Risso Domínguez. La suerte estaba de su lado, pues el funcionario había mantenido una antigua relación durante años con su padre, fallecido un año antes, e inclusive había despedido sus restos tomado la palabra en nombre de la Justicia Militar. Fue en ese momento que Exequiel Bustillo le solicitó la instalación del servicio en su propiedad.
El funcionario le propuso, en cambio, instalar una oficina radiotelegráfica en el “Paraje Correntoso”, sitio donde los pobladores mostrado interés en poder contar con ese servicio.
Se instalaría una oficina con una torre en combinación con otra de mayor potencia en la localidad de Bariloche. El tendido por hilo, era descartado, pues a través del bosque el mantenimiento sería casi imposible, lo que lo transformaría en un servicio deficiente.
La única opción viable, era la instalación de las dos oficinas. “Los gastos de mantenimiento correrán por cuenta de la repartición, pero los de instalación, deberán correr por cuenta de ustedes, pues no tenemos una partida en el presupuesto para esa obra” le aclaró el Dr. Carlos Risso Domínguez. “De acuerdo “ - le contestó Bustillo.
“Entonces, le preparo un presupuesto, y en unos días lo puede pasar a buscar, para ver si le conviene la oferta”. Una semana después, le daba el presupuesto por escrito, que ascendía a un poco más de seis mil pesos de la época.
Por aquellos días Bustillo se hospedaba en el Hotel Correntoso - también solía hacerlo en el hospedaje del escosés Ernesto Jewell en Puerto Manzano - al no tener comodidad en su nueva propiedad ya que la casa principal estaba en construcción. Se lo comentó a Primo Capraro, quien se sumó a la propuesta en forma efusiva, y decidió colaborar con el equivalente a tres mil pesos, aportando la mano de obra para la construcción de la oficina. Bustillo y Ketrihue (la estancia propiedad las familias Lynch y de Uribelarrea)contribuyeron con el 50 % restante. Exequiel Bustillo entonces, le confirmó la obra al Director de la oficina de Bariloche de Correos y Telégrafos de la Nación.
Fiel a su estilo práctico, Primo Capraro, se puso de inmediato a construir la oficina. Es de hacer notar el gesto de este inmigrante italiano quien adhirió a la propuesta, pero que estaba pasando por aquellos días por una aguda crisis financiera, ante la falta de pago del Estado Nacional por sus trabajos como principal contratista para el Ferrocarril. Todo su emporio trastabillaba, pues la deuda (unos $ 80.000 m/n) era inmanejable y las promesas de pago, se repetían una y otra vez, sin llegar nunca a concretarse. Solo diez meses después, esta situación lo llevaría al suicidio.
Exequiel Bustillo al realizarse la obra, podría extender una línea entre la estación y su estanzuela Cumelén para conectarse al servicio, una vez habilitado éste.
Acta del 19 de enero
El próximo paso fue entonces la firma de un Acta de Compromiso entre las partes, en la cual se puede leer : “En la Angostura de la Península Beatriz, situada más o menos a mitad de camino entre el paraje denominado Correntoso y Puerto Manzano: Hoy martes 19 del mes de enero de 1932, presentes los vecinos y demás personas que accidentalmente se encuentran en el lugar antedicho, se firma esta acta para que sea conservada y publicada".
Preliminares: al decretar el superior Gobierno de la Nación la Colonia Nahuel Huapi en el año 1902, fijó varias razones de índole topográfica el lugar denominado “Angostura” como reserva de pueblo, debiendo ser abierta la angostura de dicha península, por medio de un pequeño canal formando así una isla de esa península y dando así un paso obligado y de concentración a los pobladores del Machete, de la Península Beatriz, lotes ganaderos n° 48, 49, 50 y 51 de Puerto Baratta, del Aserradero Primo Capraro, Hotel Correntoso, y desde ese punto hacia el Sud de la Colonia Indígena, lote n° 9, Isla Menéndez (franciscana) Puerto Manzano y hasta el arroyo de La Estaca".
En abril de 192, esta comarca fue visitada por el entonces ministro de Guerra general Agustín P. Justo, quien en su informe al Poder Ejecutivo obtuvo la tantas veces auspiciada línea telegráfica Bariloche-Puerto Blest, y asentó la necesidad de dotar al paraje denominado Correntoso con una línea telegráfica inalámbrica.
El año próximo pasado se realizaron, felizmente, dos transacciones de terrenos, una en la Península Beatriz, y la otra de los dos lotes 12 y 13 habiéndolas comprado respectivamente los Sres. Dr. Antonio Lynch, Manuel de Uribelarrea, Exequiel Bustillo, y Carlos Pacheco Santamaría "personas de positivo entusiasmo, los nombrados solicitaron con éxito la oficina Radiotelegráfica"
Fue entonces cuando el Gobierno provisional decretó en fecha 12 de enero de este año ”Dispone reserva con destino Dirección General de Correos y Telégrafos media hectárea Colonia Nahuel Huapi para instalación estación Radio Telegráfica y extracción libre de derechos de cien toneladas de maderas, árboles muertos en pie o caídos para ser utilizados en obra”.
Los materiales para la construcción de la oficina (madera) fueron aportados por el Ministerio de Agricultura, la mano de obra fue provista por el constructor Primo M. Capraro, y el terreno en el cual se ejecuto la obra era propiedad fiscal (del Gobierno Nacional) y fue cedido a la Dirección General de Correos y Telégrafos de la Nación, repartición estatal a cargo del funcionamiento del servicio de referencia.
“Conste que la creación de esta oficina está sujeta a las siguientes condiciones: los aparatos como la casa y su instalación serán costeados por los vecinos del lugar beneficiado. El objeto de esta reunión es ubicar el punto más adecuado para la construcción del edificio que el industrial don Primo Capraro construirá de inmediato y cuyo plano será firmado por los presentes y que se archivará con la presente acta”, finalizaba el documento.
La obra fue inaugurada el 15 de mayo del mismo año y, posteriomente, fue la fecha elegida como fundacional para la actual Villa la Angostura.
Yayo de Mendieta
De su libro "Una Aldea de Montaña" (2002)
Villa la Angostura