Aromas, colores y sabores neuquinos deleitan tanto a residentes como a visitantes. Detrás de cada plato, y de cada ingrediente hay historias, costumbres y tradiciones de nuestra idiosincrasia.
La variedad y la calidad de los alimentos producidos en estas tierras hacen del comer y del beber un buen motivo de encuentro y disfrute en familia o amigos. Carnes rojas, hierbas, semillas, frutos silvestres, hongos, cervezas y vinos componen la identidad gastronómica de la Provincia que seduce la vista, el olfato y el paladar.
La Zona Norte de la Provincia se identifica principalmente con el chivito, el cual ha sido el primer alimento a nivel nacional que ha adquirido el sello de Denominación de Origen, que garantiza una asociación directa de la región con este alimento.
La cría del animal, a partir de la trashumancia o arreo, resulta una práctica ancestral de muchas familias, heredada de los Pehuenches, antiguos pobladores de la zona. En los alrededores de Las Lajas, Loncopué, Caviahue y Copahue también se desarrolla la cría del chivito, algunas comunidades Mapuche se dedican a la misma, generación tras generación.
La tradicional forma de cocinarlo es “al asador”, se lo suele adobar con harina, cerveza o ñaco. Este último producto también es típico de la región y su elaboración es una práctica antigua de la trilla, el tostado y la molienda del trigo que realizan las familias en la zona en forma artesanal.
Otro derivado del trigo es el mote (grano pelado y tostado con ceniza) y se lo utiliza para preparar bebidas o como ingredientes de guisos o estofados. También es parte de la tradición neuquina el “chivo al piolín”.
En general la comida de esta región está fuertemente influenciada por los inmigrantes chilenos, por ello también acostumbran a los panes con grasa, empanadillas, pancutra o bebidas como la chicha o la chupilca.
Entre las localidades de Huinganco y Chos Malal se desarrolla un área productiva importante. La producción frutícola permite la elaboración de dulces y mermeladas de excelente calidad. La miel de Chos Malal también es muy reconocida en la región por sus propiedades.
La zona cordillerana hacia el oeste y sur de la Provincia se identifica principalmente con carnes de ciervo, jabalí y trucha, cocinadas y procesadas de diferentes formas: al asador, a la parrilla y hasta en patés, embutidos y escabeches.
Las carnes ahumadas en los últimos años han adquirido mucha popularidad. Se acompañan con hongos y salsas agridulces, donde los frutos rojos adquieren gran protagonismo. Estos frutos deliciosos también integran postres, al igual que los chocolates artesanales y salsas, dulces o mermeladas de otras frutas propias de la zona cordillerana como el michay, la rosa mosqueta y la frutilla silvestre. Aquí la cocina gourmet se combina con la tradicional, adaptándose perfectamente al gusto y expectativas de los visitantes.
El piñón, semilla de la araucaria araucana o pehuén, está presente en la cocina de la región donde crece el árbol milenario, de Aluminé hasta Caviahue; a él se debe el nombre del corredor conocido como Ruta del Pehuén. Este alimento formaba parte esencial de la dieta de los primeros pobladores del territorio. La variedad de derivados del piñón integran tanto platos salados como dulces: masas elaboradas a partir de harina de piñón resultan en pastas o alfajores, también se preparan salsas, conservas en almíbar y escabeches. El producto alimenticio más antiguo de la región, aún vigente y con un gran potencial tanto en la cocina tradicional como en la moderna. En esta zona la producción de miel es importante y se la utiliza para la elaboración de confituras, licores, tortas y otros productos de panificación.
Al este de la Provincia es típica la producción primaria de manzanas, peras, duraznos, damascos, frutas finas, hongos y aromáticas. Estas constituyen materia prima para la elaboración de postres, dulces, conservas, chutneys, etc. Algunas frutas se disecan o se utilizan para la elaboración de licores o jugos. En Centenario y en Plottier se encuentran casas de té que ofrecen la posibilidad de degustar mermeladas, tortas, tartas, strudels entre otros, utilizando como base los frutos que se cosechan en el propio establecimiento.
Esta zona de estepa posee un clima y suelo óptimo para el desarrollo vitivinícola. En las localidades de San Patricio del Chañar y Añelo existen bodegas con viñedos propios que se dedican a la elaboración de vinos finos. La calidad de los vinos ha merecido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales. Las variedades que mejor se han adaptado al clima son: Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc. Algunas bodegas disponen restaurantes donde se ofrece comida gourmet y regional combinando carnes, verduras y frutas regionales, acompañados de estos excelentes vinos por supuesto.
Variedad de emprendimientos de elaboración de cerveza a pequeña escala se distribuyen a lo largo del territorio provincial; en Villa Pehuenia, Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Caviahue, Aluminé y en el Alto Valle de Neuquén se elaboran artesanalmente variedades como Golden Ale, Stout y Pale Ale, Ipa, Pilsen, Scottish y Kolsh, entre otras. Las características inmejorables del agua que baja de la cordillera aseguran la excelente calidad de la cerveza.
La paella ya es una comida tradicional de Semana Santa en las localidades de Caviahue y Villa Pehuenia, que agasajan a los turistas con este plato popular agregándole ingredientes propios de cada localidad.
Si bien en todas las fiestas populares que se realizan en la Provincia del Neuquén, los platos típicos forman parte de los festejos, dentro del calendario se encuentran algunas fiestas que se celebran en torno a productos alimenticios colmados de tradición e historia de cada pueblo.