Lo más recomendable es dejar a los gatitos pequeños con sus madres hasta los dos meses como mínimo, para que sean alimentados con la leche materna y reciban todos los nutrientes que necesitan para su desarrollo
Sin embargo, en ocasiones esto no es posible, ya que podemos encontrar un gatito perdido, o cuya madre ha muerto, o simplemente nos lo ofrecen y no sabemos decir que no. En estos casos, hay que alimentar al pequeño con biberón, y procurarle unos cuidados básicos para que sobreviva.
En primer lugar, tenemos que hacernos con un biberón (que venden en las tiendas de animales y clínicas veterinarias) y comprar leche en polvo especial para gatitos pequeños. En la caja vienen las instrucciones para prepararlo.
Si el gato es muy pequeño (como los míos, que tenían 13 días de vida cuando llegaron a casa), las tomas de leche serán cada dos o tres horas, incluso por la noche. De mis dos gatos, uno se tomaba perfectamente el biberón, pero el otro no quería comer, así que había que obligarlo a tomar aunque fuera un poquito cada vez. Esto es importante, porque si no comen morirán irremediablemente.
En estos primeros momentos, los gatitos pasan su tiempo durmiendo y comiendo, ya que tan pequeños no pueden andar, apenas ven y oyen, y puede que chillen un poco si los tomamos en brazos. Pero se guían muy bien por su olfato, y rápidamente reconocerán a sus criadores por el olor.
Varias veces al día hay que estimularlos para que orinen y defequen, tal como harían sus madres gatas. Ellos no saben hacerlo solos, así que hay que coger un pañito limpio o una gasa humedecida levemente y frotarles la zona anal, con mucha suavidad, imitando el lamido de las gatas. De esta forma, el gatito podrá hacer sus necesidades sin dificultad. Si no conseguimos hacerlo puede sufrir un grave problema de obstrucción intestinal.
Los míos tuvieron un problema de gases, debido al cambio brusco de alimentación, y a que no conseguían defecar, pero con un poquito de manzanilla y unas gotas de Aerored se solucionó en un par de días. Lo más importante es que ante cualquier mínima cosa se lleve al gatito al veterinario para que lo examine, ya que en estas edades su salud es muy delicada.
Otro asunto vital para el pequeño es mantenerlo siempre a una temperatura constante y suficientemente elevada, incluso en verano. Nada de corrientes de aire ni dejarlos en cualquier sitio sin protección. En mi caso, metí a mis dos gatos en el trasportín (cerrado, para que no se cayeran fuera por accidente), sobre unas toallas limpias y secas, y resguardados en una habitación con las ventanas cerradas. Yo los puse en semioscuridad. No sé si es importante o no la luz, pero puesto que dormían casi todo el tiempo y casi no veían, consideré que era la mejor opción.
Cuando se aproximan al mes de edad, los gatitos ya corretean por todos lados, así que hay que tener cuidado con los accidentes caseros (si se les deja libres por la casa). Hay que tapar agujeros de desagüe grandes, cerrar tapas de wc, tapar los cables de tv, del ordenador, etc, quitar de su alcance cualquier objeto punzante o demasiado pequeño que se puedan tragar... Más o menos como haríamos con un niño pequeño :-). Ah, y tener mucho cuidado de no pisarlos.
En ese momento, al mes, hay que empezar a enseñarles a comer comida sólida y a usar su caja de necesidades (aunque esto último pueden aprenderlo antes). Como sus dientes son aún muy chiquitines, se les debe mezclar pienso de cachorritos con un poco de agua o leche (cuidado con la leche, porque algunos gatos no la toleran), y hacer una especie de papilla o sopa espesa.
Normalmente, los gatitos recordarán el sabor de sus primeras comidas durante toda su vida, así que tendremos que elegir un alimento que sea completo y adecuado a su edad y desarrollo. Aún así, seguirán pidiendo sus biberones durante un tiempo. Mis gatos estuvieron alternando biberones de leche de gata con la comida sólida hasta casi los dos meses de edad, aunque esto dependerá de lo mimados que estén (los míos mucho, lo confieso).
Tenemos que vigilarlos estrechamente durante esta época, ya que son muy curiosos, pues están descubriendo un nuevo mundo, y querrán probarlo todo. Hay que vigilar que no tengamos plantas tóxicas que puedan hacer un daño irreversible al minino, cuidar que no se coman las piedrecitas del arenero (suelen hacerlo, y si se las tragan les puede producir una obstrucción intestinal y causarles la muerte; lo bueno es que normalmente las escupen), y lo típico de no dejar a su alcance agujas u otros objetos cortantes.(Animascota.com)