El convenio con Oxford prevé la compra de tres lotes de la vacuna, el primero de los cuales llegará en diciembre próximo, así como la transferencia de tecnología para producirla, según anunció el viceministro de Salud, Elcio Franco.
El gobierno de Brasil, el segundo país con más casos y muertes por el nuevo coronavirus, anunció un acuerdo con el laboratorio farmacéutico británico AstraZeneca y la Universidad de Oxford para adquirir 100 millones de dosis de la vacuna contra la enfermedad que está experimentando esa casa de estudios y la tecnología para poder producirla.
Las autoridades advirtieron que se trata de una iniciativa de “riesgo” -en la que el país está dispuesto a invertir 288 millones de dólares- porque aún no está probada la eficacia de la vacuna en la población brasileña.
El anuncio se produjo en el momento más crítico de la pandemia en el país, que dejó 1.284.214 casos confirmados y 56.197 muertes según el último balance oficial, divulgado el viernes por la noche, y al cabo de una semana en la que el promedio diario de decesos trepó a cerca de 1.000, el más alto en todo el mundo desde que se llevan registros de la enfermedad.
“El acuerdo prevé la compra de tres lotes de la vacuna, el primero de los cuales llegará en diciembre próximo, así como la transferencia de tecnología para que podamos producirla en los laboratorios de la estatal Fiocruz”, informó el viceministro de Salud, Elcio Franco, en conferencia de prensa, según el diario Folha de Sao Paulo y la agencia de noticias EFE.
De acuerdo con científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, que ya está siendo experimentada en humanos, incluso en Brasil, es la más avanzada del mundo en términos de desarrollo.
El viceministro aclaró que el acuerdo estásupeditado al resultado de los ensayos clínicos que permitirán determinar si la vacuna es eficaz contra la Covid-19 y segura parala población, así como al cumplimiento del actual cronograma, que inicialmente prevé el fin de los experimentos en noviembre y el inicio de la producción en diciembre.
Como parte del acuerdo, Brasil pagará hasta 288 millones de dólares si las dos etapas de la iniciativa se llevan adelante.
Esa inversión permitirá, siempre dependiendo del resultado de la fase experimental, que la vacuna comience a ser producida este mismo año en los laboratorios de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el mayor centro de investigación en salud de América latina y responsable por la mayoría de las vacunas desarrolladas en Brasil.
Las etapas
En la primera de las dos etapas previstas en el acuerdo Brasil tendrá a su disposición un primer lote de 15,2 millones de dosis de la vacuna en diciembre de este año y otros 15,2 millones hasta el 15 de enero de 2021, por los que abonará en total 127 millones de dólares.
En la segunda etapa, una vez demostrada la eficacia y la seguridad de la vacuna, Brasil deberá desembolsar 161 millones de dólares en concepto de derechos para poder producir otros 70 millones de dosis, a un costo de 2,30 dólares por unidad.
La eventual producción local estará a cargo de Fiocruz, que, gracias a la transferencia de la tecnología y la licencia, podrá comenzar a producir el inmunizante en forma autónoma.
Franco explicó que los primeros lotes de la vacuna serán ofrecidos a la población de riesgo y enviados a las regiones que en ese momento estén afrontando mayor proporción de contagios.
“La vacuna de Oxford es la más prometedora del mundo y la que está más desarrollada en este momento; esta vacuna ya está en la fase tres de los ensayos clínicos (experimentada masivamente)”, aseguró el funcionario.
“Con la transferencia de tecnología tendremos autonomía para la producción y eliminaremos los márgenes de ganancia exorbitantes que hemos visto durante la pandemia con productos médicos”, agregó Franco.
A su lado en la rueda de prensa, el secretario de Vigilancia de la Salud, Arnaldo Correia de Medeiros advirtió que el acuerdo implica “un riesgo”.
“Los estudios preliminares muestran que la vacuna tiene capacidad de respuesta inmunológica bastante significativa pero en caso de que los ensayos clínicos no demuestren que será segura para la población brasileña, obviamente no la usaremos”, explicó.
“En ese caso habremos adquirido conocimientos y tendremos un avance tecnológico y mejorías en nuestro parque industrial”, añadió Correia.
La vacuna de Oxford comenzó a ser probada la semana pasada en Brasil y ya estaba siento testeada en el Reino Unido, Estados Unidos y dos países de África.
Los experimentos en Brasil, con 2.000 voluntarios, son coordinados por el Centro de Referencia para Inmunobiológicos Especiales (CRIE) de la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp) y apoyados financieramente por la Fundación Lemann, del multimillonario Jorge Paulo Lemann.