Los miles de millones que ya insumió explorar y extraer hidrocarburos en Vaca Muerta (este año serán más de 5000 millones de dólares) todavía no implican un aumento de las regalías del tenor que necesitaría Neuquén.
La formación de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta es parte de lo mejor que le sucedió a esta provincia en décadas. Con todo, plantea una serie de desafíos que ponen a prueba la capacidad de respuesta de la economía provincial. En parte porque no tiene muchas formas de contrarrestar algunas asimetrías y gastos desprendidos del auge petrolero, con la actual relación entre ingresos por regalías y erogaciones que atender.
En este contexto, el gobierno neuquino acaba de conseguir la autorización para refinanciar su deuda pública, emitiendo 350 millones de dólares con los nuevos bonos (Ticade). Con la colocación de estos papeles en el mercado, busca postergar vencimientos que hoy no puede afrontar.
Los miles de millones que ya insumió explorar y extraer hidrocarburos en Vaca Muerta (este año serán más de 5000 millones de dólares) todavía no implican un aumento de las regalías del tenor que necesitaría Neuquén. De hecho, en este concepto, este año habrá mil millones de pesos menos que lo proyectado. El barril de crudo a 83 dólares con el que se calculó el presupuesto es parte del pasado. Nación salió a anclarlo en 77 dólares, pero la merma se sentirá. (¿Qué hubiera pasado sin ese piso para el valor del crudo?)
A la hora de explicar la nueva colocación de bonos, cabe mencionar los menores ingresos por el Fondo Sojero. Entraron 50 millones de pesos y se proyectaban 350 millones. Neuquén, además, recibe la presión de su propia decisión de ir al mercado: terminará transfiriendo unos $4000 millones para amortizar deuda, según fuentes del gobierno.
El otro ingrediente son los salarios, con la suba del 30% a miles de estatales en enero pasado. En un año electoral, el gobierno arregló rápido con los sindicatos un aumento en un solo pago retroactivo a enero. Así transfirió 2500 millones de pesos.
Fuera del ingrediente político de los comicios, esta inversión se explica por otros dos motivos: la inflación y los sueldos petroleros empujando los precios, otra vez el petróleo y su incidencia determinante en el día a día de los neuquinos, por fuera de las regalías.
Acaso la imagen que mejor explica el desafío que afronta la Provincia sea la de los maestros que van a dedo a Añelo, para no gastarse el sueldo en traslado, mientras van a dar clases a los hijos de los nuevos petroleros.
Para el gobierno hay un desafío mayúsculo: las obras de infraestructura, otro de los fundamentos que cruza por debajo a la emisión. “Hay una fuerte presión sobre el gasto presente a partir de una fuerte demanda de infraestructura y servicios del Estado, que paralelamente asegura un crecimiento en la producción de hidrocarburos”, dicen en la Casa de Gobierno.
Es que son unas 20 familias por día que llegan a Neuquén. Parte de los desbordes de escuelas, el colapso de las rutas y los servicios que no dan abasto se explican por los 25.000 nuevos empleos privados generados en tres años.
Hacia el futuro, la administración de Jorge Sapag afirma que podrá afrontar los nuevos vencimientos. Sostiene que en el 2027 se terminarán invirtiendo unos 10.000 millones de dólares anuales, y que en los próximos 10 años se extraerá el equivalente a “un tercio del total de hidrocarburos producidos en toda la historia” provincial. La tesis oficial es que subirán las regalías y llegará un escenario económico de mayor holgura. Espera, de este modo, cumplir con los refinanciamientos de la deuda ahora aprobados. Para que eso suceda, la provincia necesitará un escenario de precios altos del barril del petróleo que sigan ingresando inversiones.
La historia del endeudamiento provincial en la última década
En 2006, durante el último gobierno de Jorge Sobisch, Neuquén consiguió autorización para colocar una primera tanda de bonos. Pasaron a la historia como los Tidepro, y fueron por 250 millones de dólares. El último vencimiento se amortizó siete años después, en octubre del 2014.
En el 2011, la Provincia accedió nuevamente, merced a un permiso legislativo, a colocar otros 260 millones de dólares. Fueron conocidos como Ticap. De ese total, 60 millones de dólares fueron para obras y el resto, al pago de deuda pública. Hasta la fecha Neuquén canceló 70,2 millones de dólares en concepto de capital de esos papeles.
Luego llegó el turno de los Ticafo. Fue una colocación de 330 millones de dólares. La primera emisión fue en junio de 2013. Del total, 180 millones de dólares fueron al Fondo para Obras de Infraestructura Social y Productiva y otros 150 millones, al pago de deuda pública. Se emitieron dos tandas: una de 131,4 millones de dólares (con un plazo de 36 meses, vence en junio de 2016) y la otra por 198,5 millones, que vence en octubre de 2018.
Ahora se emitirán los Ticade, por 350 millones de dólares, para aplazar esos pagos.
Para poder pagar el medio aguinaldo, el gobierno colocó en la semana Letras del Tesoro por 600 millones de pesos a una tasa nominal anual del 28,5%. Tuvieron una buena calificación debido a la calidad crediticia de la Provincia. Se destacó la autonomía fiscal superior a la media; un moderado nivel de endeudamiento en términos del presupuesto provincial, el potencial económico que se abre en torno a Vaca Muerta.
Fernando Castro
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LM Neuquén