27
Wed, Nov

Parques tuvo que poner barreras para evitar que perros ataquen la fauna autóctona

La ciudad
Tipografía

La construcción de puertas corredizas fue una solución efectiva, que terminó con el ingreso de los perros al Parque Nacional Los Arrayanes, y el consiguiente peligro que esto implicaba para la fauna autóctona  del área protegida.

Uno de los problemas más acuciantes - que atentaba con la subsistencia de parte de la fauna autóctona del Parque Nacional Los Arrayanes - fue solucionado de manera efectiva mediante la construcción de una  barrera física (un cerco para perros), que se ubicó en el ‘Kilómetro 1’, desde el ingreso al área protegida.

Cabe aclarar en un principio, que el Parque Nacional Los Arrayanes  (única área protegida nacional que ese encuentra ubicada geográficamente dentro de otro parque nacional, el Nahuel Huapi) está conformado en su totalidad por una península que se adentra en el lago Nahuel Huapi, y en cuyo extremo Sudeste se ubica el célebre bosque de arrayanes, que le da al parque su fama internacional.

Dicho accidente geográfico, conocido como “península de Quetrihué”, está unido al sector histórico de la localidad de Villa la Angostura por un istmo homónimo, que separa dos bahías. Y es en este lugar donde radicaba el problema de referencia: debido a la estrechez del acceso al Parque Nacional, y a la fluidez de turistas, que a diario desandan los 13 kilómetros de senda que separan el istmo de Quetrihué con el Bosque de Arrayanes, sistemáticamente, los perros abandonados y/o sueltos - muy prolíficos en Angostura -, ingresaban al Parque Nacional Los Arrayanes, acompañando a los senderistas, o por propia cuenta (por ser viejos conocedores de la geografía del parque y sus características geográficas “estancas”).

Dichas intrusiones devinieron en una continua  y grave interferencia   en el ciclo de vida del huillín (Lontra provocax) – especie de mamífero  emblemático y símbolo del Parque Nacional Nahuel Huapi –, depredando crías y transmitiendo factibles enfermedades a los individuos de esta especie autóctona del parque, que encuentra su hábitat ideal en las lagunas Patagua y Hua Huam, ubicadas dentro de la península.

Estas invasiones fueron registradas por las cámaras trampa que el Departamento de Conservación y Educación Ambiental del Parque Nacional Nahuel Huapi, colocó en la laguna Patagua; y, donde deberían aparecer huillines en los dormideros (denominados huillineras) de la especie, en muchas oportunidades, aparecían perros.

De esta manera, por Disposición 930/2015 de la Intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi se autorizó a la instalación de la mencionada barrera física.

Las dos puertas corredizas  actúan como barrera para que los perros no puedan entrar más al parque. Asimismo, se cierran solas por contrapeso, evitando que el paso quede disponible.

Esta estructura fue construida por guardaparques del Parque Nacional Nahuel Huapi con  materiales de alambre galvanizado electrosoldado, tubings de hierro y postes de metal. Y desde su construcción han dado a la problemática de la invasión de los perros una solución efectiva para una de las amenazas más graves que atentaban contra la fauna autóctona del parque.

Cabe destacarse, finalmente, que desde el Departamento de Educación Ambiental del PNNH, se está construyendo la señalética adecuada para ser instalada en breve, y con la cual se indicará cuál es el funcionamiento  y el objetivo de dichas puertas corredizas.