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Thu, Nov

Se cumplen 80 años de navegación de la histórica Modesta Victoria

Historia
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Carlos Solari, capitán de marina mercante de Bariloche y ex capitán de la Modesta Victoria, escribió un artículo sobre el 80 aniversario de la nave insignia del lago Nahuel Huapi, para compartir.

 

La Náutica, como ciencia y modo de vida, es para muchos un romántico pero raro mundo aparte. Esto parece ser tan así, que en el diccionario de Esteban Terreros “Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes…” de 1786, el autor sentencia: “Para la Náutica, cuyo lenguaje es como de una nación totalmente extranjera…”.

Hace poco más de un año (2-9-2017), aclarábamos y reflexionábamos sobre algunos de estos dilemas y particularidades náuticas al cumplirse un nuevo aniversario de cuando comenzó la construcción de esta “lujosa motonave” gestionada por la D.P.N., recordando el primer “latido de la remachadora” en el varadero.

Pero, desde que la emoción del pueblo incorporó esta extraña tradición marinera de la botadura y la hizo suya, los festejos del “cumple” de La Modesta tomaron un sabor de especial identidad local. A pesar de este detalle y, volviendo a tener una visión desde lo humano como en la nota del año anterior, aún se conserva algo de ese contraste que posee la náutica, porque al contrario de los partos humanos, un barco en lugar de salir del agua, ingresa a ella para siempre hasta el día de su desguace.

A partir de aquel jueves 10 de noviembre por la tarde, la comunidad de Nahuelhuapi se adueñó de esa tradición como se ve en las imágenes y hoy se renueva en esta significativa “longeva juventud”.

Por otra parte, debido a diversos factores, muchas veces olvidamos a otros imprescindibles protagonistas de semejantes empresas: los actores secundarios; miles de anónimos esfuerzos necesarios para su realización, en su gran mayoría trabajadores desconocidos.

Para esta próxima singular fecha, podríamos festejar recordando a su “primera tripulación”; porque una vez más, gracias a la colaboración de numerosísimas voluntades, logramos reunir quince retratos, de los primeros dieciocho -a partir de ese momento- destacados navegantes. Muchas gracias también a esa colaboración.

Por último, sin lugar a dudas esta celebración náutica transciende en este presente el límite de lo local. Porque a pesar de que ¡aún! no exista una norma jurídica que lo respalde, es un Hecho Social (Durkheim-1895), que La Gran Dama del Lago sea un Monumento Nacional para muchos ciudadanos argentinos y extranjeros.

Reciban pues, nuestros saludos todos los protagonistas de esta diversa comunidad náutica involucrada en resguardar semejante tesoro: armadores, autoridad marítima, tripulantes, turistas, etc.; deseando ser cómplices de su festejo.

A los ochenta de “La” Modesta, ¡Salud!