29
Fri, Nov

Puerto Manzano, aquellos primeros años hace más de un siglo atrás

La lancha “Argo”, de José Diem que, tras llegar de la estancia de los Lynch (península de Quetrihue), amarraba en la bahía de Puerto Manzano.
Historia
Tipografía

Convertido hoy en un barrio de Villa la Angostura con modernos establecimientos hoteleros, además de viviendas dotadas del confort del siglo XXI; hubo un tiempo muy distinto para aquellos primeros pobladores. El primer poblador registrado fue Vicente Sebastián Trangol, descendiente de mapuches y llegado desde Chile.

El primer poblador en “Puerto Manzano”, del que se tiene conocimiento certero fue el descendiente de araucanos Vicente Sebastián Trangol, proveniente de Chile, quien estaba casado con Antonia Guaitra, también de nacionalidad chilena.

El matrimonio, viviendo en Puerto Manzano, fue padre de cuatro niños argentinos: Horacio Trangol que falleció a los dos años de edad el 15/03/1925, Bernardo Trangol fallecido el 31/01/1928, Elena Trangol, quien falleció a los once años de edad el 16/02/1935 y María Trangol, quien murió al nacer en un confuso episodio (se la encontró flotando en el lago) el 09/09/1935.

Cuando apenas se iniciaba el siglo XX, la Compañía de Maderas del Neuquen, explotaba el área y poseía una pequeña proveeduría para atención a su propio personal, los escasos pobladores que habitaban en la zona, o eventuales viajeros en su paso hacia o desde Chile.

La explotación de la madera por parte de esta empresa -que tenía su base de operaciones en Puerto Manzano y tenía acreditada una superficie total de 35 mil hectáreas– generó no pocos reclamos por parte de los primeros colonos. Un documento de 1903 menciona el conflicto, cuando expresa “a propósito, ya que pongo el pie en la explotación de bosques, voy a hacer algunas observaciones que vienen aquí oportunas y que son enteramente fundadas.

El gobierno ha cedido los lotes del Nahuel Haupi a los colonos imponiéndoles condiciones que todos están dispuestos a cumplir. Pero hay un “pero” que está tan desarrollado que ha llegado el momento de podarlo. Y es que el gobierno ha cedido para la explotación de bosques sólo una fracción que está ubicada en la costa norte del lago, más o menos en el paraje denominado”Correntoso” (en realidad era exactamente Puerto Manzano) a la Compañía Maderas Neuquen. Y bien ¿cómo se entiende que esta compañía usufructúa en toda la costa norte en miles y miles de hectáreas con el consiguiente gravamen para los colonos que están protestando a viva voz, porque dicen que a ese paso no les dejarán ninguna riqueza en el suelo, ni paciencia para trabajar cuando todo el mundo manda en la tierra que se les concede?”.

Continúa más adelante agregando ”el colono señor Federico Baratta, concesionario del Lote n° 8, tuvo un incidente con un representante de esta compañía -con escopeta en mano- no sólo por la intervención que se le efectuara en su tierra a los efectos del desmonte, sino también porque los trabajadores que tienen la misma, destruyeron todo lo que encuentran a su paso, no respetando “rosas” (desmonte de pradera mediante el uso de fuego), etc”.

El lugar de asiento de esta compañía, estratégico en su ubicación ,lo transformaría con el tiempo en un sitio de reunión de los lugareños y los nuevos colonos que se acercaban aprovechando las ofertas de la Dirección de Tierras y Colonias en su plan de poblar las zonas casi desérticas sobre los límites cordilleranos. Así, una vez transformada en hostería era el paso obligado de todos los nuevos pobladores.

Primo Capraro, cerró el trato por la construcción de su primera casa (noviembre de 1903) en una mesa de este residencial, donde se hospedaba un reciente adjudicatario de un lote pastoril: Juan Hunlich, un farmacéutico de origen alemán, quien junto a su hermano German vinieron a radicarse desde Chile.

Capraro llevaba varios meses en el lote pastoril n° 8 junto a su socio Federico Baratta. El 1905 la Compañía de Maderas del Neuquen cesa en su actividad, vendiendo la propiedad a otro colono extranjero habitante de la zona: el alemán Cristián Boock. Este a su vez había tramitado la compra de tierras ante la Dirección de Tierras y Colonias. Adquirido el lote se radicó en Puerto Manzano, aunque recién escrituró su propiedad el 18 de noviembre de 1910. En sólo dos años en la propiedad se habían realizado importantes mejoras, en el lote pastoril n° 15 que contaba con una superficie de 625 has.

Cristián Boock había nacido en Rendsbrug, provincia de Holstentein, Schlenig. Era hijo de Eugenio Boock - que murió en 1898 en Estados Unidos - y de María Engelbradt, alemana que fue enterrada en Roca (1897).

La familia había llegado desde Alemania en 1897, con sus tres hijos, el mencionado Cristián junto a sus hermanos Bernardo y Benito. El domingo 7 de febrero de 1904, Cristián Boock, contaba con 33 años, cuando se casó con la joven chilena Adela Leonor Barrientos, de 24 años, que había nacido en el pueblo rural de San Pablo, 21 kilómetros al norte de Osorno.

Radicado en Puerto Manzano, Book realizó la construcción de tres casas con numerosas habitaciones (diez en cada una), galpones, y más de cinco kilómetros de cercos perimetrales. La tarea agropecuaria era febril, se sembraron 15 has de trigo, y 20 has de avena, una enorme huerta para el uso de la familia y los eventuales huéspedes (papas y hortalizas).

La ganadería también era sostén de la economía familiar contando con más de cien vacunos, además de caballos y bueyes. El muelle comprendía la obra necesaria para la comercialización de los productos, debido a que toda la economía se desarrollaba a través de los barcos, la vía común de comunicación con el naciente pueblo de “San Carlos”. Como hecho anecdótico se encuentra la construcción de un palomar, aún existente frente al complejo de Bahía Manzano S.A.

Esta fue una iniciativa del por entonces capitán del Ejército Mariano Fósbery, quien tenía a su cargo el destacamento del 3er. Regimiento de Caballería con asiento en Ñirihuao. Surgió como una propuesta del militar para comunicarse en forma rápida con el Destacamento y la construcción de Puerto Manzano, último punto estratégico cerca del límite fronterizo con Chile.

La Compañía Chile Argentina como parte de uno de sus numeroso proyectos de desarrollo comercial en la región, sembró en este lote pastoril cuatro mil frutales en sociedad con el propietario; sin embargo el emprendimiento no prosperó.

Posteriormente, a finales de 1914, los socios propietarios de la Compañía Chile Argentina, deciden abandonar los proyectos económicos en la Argentina (como consecuencia del inicio de la Primera Guerra Mundial), pasando el dominio de la Compañía al inmigrante italiano: Primo Modesto Capraro. Luego la propiedad pasó a manos de dos suizos: Leonardo Ardüser y Pablo Buol, quienes adquirieron el lote el 29 de septiembre de 1913.

Los nuevos dueños continuaron con la explotación agropecuaria y el hospedaje. Las instalaciones eran de buena construcción y el sitio de encuentro entre los colonos de la zona. Asimismo, le dieron mayor impulso a la explotación, sembrando gran cantidad de árboles maderables (la industria maderera era un muy buen negocio), además de gran variedad de flores y rosales, lo que transformó al sector en un área de extrema belleza y color al llegar la primavera.

Posteriormente e invitado por sus coterráneos, llega al lugar otro suizo que se suma al emprendimiento: Alberto Rahm, quien con su familia se especializó en la elaboración de dulces, jaleas y licores con la materia prima cultivada en el lugar. Para ese entonces Puerto Manzano era un sitio de paso obligado de las primeras excursiones - muy esporádicas - que se realizaban en barco por el Nahuel Huapi.

Yayo de Mendieta

Villa la Angostura

Fuente: "Una aldea de montaña", del mismo autor