La aviación argentina fue la gran sorpresa en la Guerra de Malvinas. Los pilotos volaban a diez metros del mar para evitar las barreras electrónicas. Fue la primera y única vez en la historia en que se utilizó este tipo maniobra considerada casi suicida. En la foto el destructor británico HMS Sheffield se hunde luego del impacto de un misil Exocet disparado desde un Súper Etendard de la Armada Argentina
El Sheffield fue detectado por primera vez por un avión de reconocimiento argentino P-2 Neptune a las 7:50 AM del 4 de mayo. El avión mantuvo a los barcos británicos bajo vigilancia, verificando de nuevo la posición del Sheffield a las 8:14 y a las 8:43.
Dos aviones Super Étendard armados con misiles Exocet despegaron desde Río Grande a las 9.45 y se encontraron con un avión Hércules C-130 a las 10:00. A las 10:35, el avión de reconocimiento se elevó a 11 170 metros y detectó dos contactos en las coordenadas 52º 33 55 Sur, 57º 40 55 Oeste mapa. Pocos minutos más tarde, se puso en contacto con los Super Étendards con esta información.
Al volar a muy poca altitud, alrededor de las 10.50, ambos cazas se elevaron a 160 metros para verificar el contacto, pero, al no encontrarlos, decidieron continuar. Se acercaron 40 kilómetros y se elevaron de nuevo y tras unos pocos segundos de rastreo, sus objetivos aparecieron en las pantallas del radar.
Ambos pilotos cargaron las coordenadas en sus armas antibuque, descendieron y después de una revisión de último minuto arrojaron sus misiles Exocet a las 11.04 desde unos 30 a 50 kilómetros de sus objetivos.
No fue necesario que los aviones volvieran a cargar combustible en el aire y aterrizaron en Río Grande a las 12.04. Como unidad de apoyo estaba un Learjet 35 y dos IAI Dagger así como los escoltas del KC-1305 6