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Los Poyas, habitantes milenarios del Nahuel Huapi

DIBUJO DE UN JESUITA DE UN GRUPO DE POYAS; VESTIDOS INTEGRAMENTE CON CUERO DE GUANACO. FOTO: ARCHIVO DE LA COMPAÑIA DE JESUS
Historia
Tipografía

Los Poyas, junto a los Puelches, fueron las comunidades indígenas que vivieron durante miles de años en la región del lago Nahuel Huapi. A partir de 1750, cuando se inicia la "araucanización", se produce la fusión con el pueblo Mapuche que finalmente termina absorbiendo su cultura. Pautas básicas de esta historia

Según Salvador Canals Frau, los Poyas o Ténesch, lo mismo que los Tehuelches y los Onas, eran uno de los pueblos patagones del sur o Chónik.

Aunque generalmente se da el nombre de Patagones a todos los indígenas de la Patagonia, es decir del territorio comprendido entre el río Negro y el estrecho de Magallanes y desde el Atlántico al Pacífico hay diferencias entre los patagones del norte y los patagones del sur, aunque originariamente ambos grupos constituyeran una sola unidad.

Con el mejor conocimiento etnológico de la Patagonia las denominaciones generales van cayendo en desuso. Tal sucede con el término chónik que con el valor aproximado de «nosotros los hombres» utilizaban todos los Patagones del sur para designarse a sí mismos.

En su lugar los especialistas prefieren los nombres particulares de cada una de las agrupaciones étnicas en que se dividían: los Tehuelches, los más conocidos, ocupaban el área mayor, desde el río Chubut hasta el estrecho de Magallanes; los Onas en Tierra del Fuego y los Ténesch, arrimados a la cordillera desde el lago Nahuel Huapi al sur.

Milcíades Alejo Vignati otorga a los Poyas una extensión de tierra mucho mayor dándoles como hábitat casi toda la Patagonia, al sur de los patagones del norte, hasta el río Santa Cruz.

En la actual tierra neuquina

Por su parte los jesuitas los describen en detalle sobre el Norte del Nahuel Huapi, donde se encuentra la actual Península Huemul, y donde se construyera la primera misión jesuítica.

El Poya, como los otros patagones, era un lindo tipo de hombre, alto y corpulento, uno de los más altos de la tierra, pero no por ello lo podemos llamar gigante. Su tez no era tan morena, de suerte -nos dice el padre Olivares- "que si ellos tuvieran más cultura i policia, podían pasar por españoles".

Los Poyas y los Puelches vivían cerca, pero mantenían su distancia y se respetaban mutuamente, aunque nunca los jesuitas lograron que ambas comunidades compartieran el proyecto de la Misión Nahuel Huapi. Eran de temperamento pacífico y dócil.

Como su economía se basaba en la caza y en la recolección de raíces eran nómadas. Con frutas silvestres hacían una bebida, la chicha, con la cual se embriagaban y a la que agregaban sustancias tóxicas para envenenar a aus enemigos, como hicieron con los padres Felipe De la Laguna y Juan José Guillelmo.

Los principales animales que cazaban eran los pájaros, guanacos y avestruces, y después del siglo XVIII, vacunos y caballares. Realizaban la caza a pie y con arco y flechas.

Para acercarse a los animales solían disfrazarse con plumas de avestruz o utilizaban pequeños guanacos amansados como cebo.

A diferencia de los pubelos araucanos que se establecían en rucas en un misma lugar fijo, tanto Poyas como Puelches eran nómades y no permanecían más de 20 días en el mismo sitio, normalmente siguiendo a los guanacos, que era su comida principal y de la cual sacaban el cuero que luego utilizaban para su vestimenta y el armado de sus tolderías.

El proceso de "araucanización"

Según escriben en detalle los jesuitas Juan José Guillelmo, Nicolás Mascardi y Felipe de la Laguna en sus Cartas Magnas e informes cuyos originales están en los archivos de la Compañía de Jesús, en Roma Italia, hasta principios del siglo XVIII solo se encontraban comunidades Puelches y Poyas en la región del "Gran Lago" (Nahuel Huapi).

Fue a partir de la mitad de ese siglo, y durante unos 50 años, comienza lentamente un proceso denominado por los historiadores jesuitas como la "araucanización" - no existía por entonces la palabra Mapuche- con el cruce de comunidades de araucanos en búsqueda de paz, luego de más de tres siglos de luchas sangrientas con los españoles, ejércitos que nunca pudieron derrotar por completo a este pueblo guerrero.

Con el correr de las décadas las comunidades araucanas se fueron estableciendo en el territorio de las actuales provincias de Neuquén y Río Negro, absorviendo las culturas Poyas y Puelches por ser el araucano una comunidad mucho más numerosa, mejor organizada y con un fuerte cultura, motivo por el cual fueron "desapareciendo" los Poyas y Puelches, para quedar unidos a las comunidades araucanas.

Muchas de esas comunidades mapuches aún mantienen al día de hoy sus culturas y tradiciones autóctonas en la provincia de Neuquén, siendo reconocidas por el mismo gobierno provincial. 

Yayo de Mendieta

Villa la Angostura