Una de las rutas escénicas más atractivas del la Argentina, el Camino de los Siete Lagos, une Villa La Angostura con San Martín de los Andes, a la vez que invita a descubrir los sabores típicos de esta región de Neuquén.
A orillas del lago Correntoso, una brocheta de langostinos; en el lago Espejo, un gratén de queso de oveja y batata; en el lago Escondido, un cordero braseado al horno de barro; en el lago Villarino, trucha con papines; en el lago Falkner, solomillo de jabalí; en el lago Hermoso, sopa de hongos de pino, y en el lago Machónico, waffles de arándanos y frambuesas.
En esta zona de lagos de origen glaciar y bosques centenarios, la gastronomía tiene una identidad bien definida, originada en la mezcla de productos locales y recetas de inmigrantes: cordero patagónico, ciervo, jabalí y trucha combinados con hongos, frutas finas, licores, chocolate, cerveza artesanal y vinos de alta gama.
Foto: El lago Correntoso, en la Ruta de los Siete Lagos (Efraín Dávila)
Un itinerario ideal que conjugue paisajes soñados y buena cocina puede comenzar en Villa La Angostura, donde restaurantes, hoteles y productores locales tienen muy presente que cada vez más los turistas eligen su destino basándose en la gastronomía del lugar.
La oferta culinaria de la localidad está entre las más exquisitas de la Patagonia, con chefs que reversionan los productos regionales como liebre, trucha y chivito.
Foto: Truchas, hongos y otros sabores de la Patagonia.
Entre las cocinas destacadas, cada una con su estilo propio, están las del restaurante Bahía del Lago del hotel Bahía Manzano, dirigido por el chef Leo Morsella, pionero de la “nueva cocina patagónica”; el restaurante El Faro del hotel Don El Faro (su chef, Mariano Rottini, ganó recientemente la ronda clasificatoria para el Torneo Federal de Chefs organizado por FEHGRA); el restaurante Viejos Tiempos, con una carta variada y a pocos metros del bosque de arrayanes; el restaurante Belisario, especializado en comida italiana y mariscos; y el restaurante & wine bar 1853, liderado por la sommelier Milagros Méndez, que ostenta más de 70 etiquetas. Todos intentan trabajar codo a codo con los productores de la zona, a los que les compran directamente.
Foto: La tercera edición del festival "Cocina 7 Lagos" se hizo en septiembre.
Los visitantes pueden disfrutar del primer eslabón de esa movida en las Eco-Huertas de producción orgánica. El emprendimiento -el municipio de Villa La Angostura ofrece tierras en comodato-, cuenta con más de 30 productores, entre ellos de frutas finas, hierbas, dulces y jaleas, verduras de huerta, plantas y árboles autóctonos. El acceso al predio está a la altura del km 2.106 de la ruta 40 y allí se puede comprar productos, conversar con los productores y disfrutar de magníficas vistas de Puerto Manzano y el lago Nahuel Huapi.
* Los restaurantes de Villa La Angostura también reciben provisiones de Brotes de la Patagonia, un emprendimiento familiar que produce brotes hidropónicos y microvegetales. La innovación gastronómica y el toque gourmet de Villa La Angostura quedan asegurados, con cartas que varían frecuentemente aprovechando los productos de cada época del año.
La mayoría de los restaurantes del pueblo ofrecen, además, menúes de pasos o menúes degustación, que proponen probar en pequeñas dosis varios platos y postres de la carta. “Todavía hay mucho por desarrollar, pero tenemos una muy buena base para que la gastronomía local sea fundamental a la hora de que el turista nos elija como destino”, dice Morsella mientas nos agasaja en el restaurante Al Alba con empanadas de trucha y lomo de liebre a la parrilla.(Clarin)
Foto: Villa Traful, un inevitable desvío desde la Ruta de los 7 lagos (Efraín Dávila)