Una vez más una mascota conmueve con su historia. ¿Qué otra cosa puede llevar a un animal a caminar 161 kilómetros para reencontrarse con la familia que la socorrió sino el agradecimiento? Conocé a "Negrita", de San Juan.
Semanas atrás, a punto de parir, la perra Negrita buscó ayuda en la casa de la familia Castro, del barrio Cabildo, en Rivadavia, San Juan, para refugiarse. Cuando la pareja que vive allí la vio en ese estado no dudó en brindarle un lugar para que tuviera a sus cachorritos. La cuidaron, le dieron de comer, la socorrieron. Los perritos crecieron y fueron dados en adopción.
Al no poder quedarse con ella por tratarse de un matrimonio mayor decidieron llevarla en camioneta hasta la finca de un conocido, en Jáchal, a 161 kilómetros de donde viven. Allí, el hombre la recibió porque necesitaba un animal grande que custodiara el lugar.
Sin embargo, la perra tenía otros planes. Después de unos días de permanecer ahí, desapareció. El casero la buscó por todas partes pero no la encontró y la dio por perdida. Grande fue la sorpresa de Salvador Castro, cuando la vio llegar nuevamente a su casa de Rivadavia.
Negrita estaba en muy malas condiciones: con las patas llagadas, deshidratada, con mucho hambre, casi moribunda. El hombre la asistió de inmediato. Según comentó, se tomó un balde lleno de agua el primer día y durmió más de 24 horas seguidas.
A las pocas horas y todavía conmovido, el hombre se comunicó con el dueño de la finca en Jáchal, quien pidió que se la llevara de nuevo, porque se había encariñado.
Pero no hubo forma. El esfuerzo de Negrita tuvo su recompensa: recuperada, ya es una integrante más de la familia Castro.
Fuente: Diario de Cuyo