La vecina Mónica Hunko expresa "todos somos conscientes de ser los protagonistas principales de nuestras propias vidas pero no somos conscientes de que somos los protagonistas secundarios de la vida de los demás".
Sr. Director:
DE VICTIMAS Y HEROES. ¿Que traje llevas puesto?
Ante tanto caos social y vacío institucional que estamos viviendo en estos días en nuestra ciudad y también a nivel provincial y nacional; me he preguntado ¿cómo es que llegamos a esto?; ¿cómo es que después de más de una semana, un grupo de manifestantes corta una ruta, que trae como consecuencia un piquete de camioneros, que a su vez nos desabastece de combustible y que esto trae como resultado que muchísimas personas vean afectada su vida sin que ninguna autoridad le ponga freno a tanto desquicio?.
Me pregunto también cómo es que la sociedad argentina, en general, naturaliza este tipo de situaciones que en otros países no se permitirían. Parecemos anestesiados.
Y reflexionando al respecto he llegado a una conclusión desde otra mirada, que me gustaría compartir para que quizás les sirva a otros en sus propias reflexiones.
Para desarrollar el planteo me he basado en la teoría de los arquetipos, de Carl Jung, a partir de la cual podemos analizar cuáles son los “trajes, roles o personajes” que adoptamos tanto a nivel personal como social; desde los cuales, accionamos, pensamos y sentimos; como si fuéramos actores interpretando un papel en una obra de teatro que es la Vida.
Sin pretender extenderme en este tema, que de por sí puede resultar complejo; podemos decir que el arquetipo que actuemos, el traje que usemos, nos hará accionar de una u otra manera ante la misma situación.
Desde esta perspectiva o enfoque, entiendo que gran parte de las conductas y accionar de la sociedad argentina se explican en el hecho de que como sociedad estamos parados en el ARQUETIPO DE VÍCTIMA en vez de hacerlo desde el ARQUETIPO DE HEROE.
¿Y que implica esto? Implica que, como “víctimas” o su variante “el pobrecito de mí”; elegimos ser gobernados por “victimarios”, ponemos el poder afuera de nosotros mismos, nos dejamos manipular por instituciones y agrupaciones intermedias que nos hacen creer que nos defienden y nos cuidan porque “nosotros no somos capaces”; nos sumamos a las consignas y objetivos de otros sintiendo que no tenemos rumbo ni propósito que seguir. Reclamamos, reclamamos y reclamamos….¿Les suena conocido esto?
En cambio, si como sociedad actuáramos con el traje de “Héroe”, en las mismas situaciones accionaríamos de una manera muy diferente. Elegiríamos gobernantes que nos guiaran a objetivos comunes; sentiríamos el poder en cada uno de nosotros, nos veríamos capaces de defendernos y nos percibiríamos como parte de algo mayor que nos trasciende; viviríamos nuestra tarea diaria como algo más que un trabajo por el cual recibimos una paga determinada; estaríamos orgullosos de dar algo más de lo estrictamente obligatorio para aportar a la sociedad que integramos con el objetivo de lograr UN PROPÓSITO EN COMÚN que nos dé sentido.
Ahora bien, ¿cómo nos cambiamos ese traje?, con ejemplo de nuestros referentes sociales; de arriba hacia abajo. Y eso es lo que la Argentina no tiene hoy y no ha tenido en la mayor parte de su relativamente corta historia como país. Si miramos hacia atrás y pensamos en San Martín, Belgrano, el Dr. Favaloro (por citar algunos ejemplos); nos damos cuenta que como sociedad nos hemos dedicado a destruir Héroes y a fabricar víctimas. Y así estamos….
Como parte de la misma reflexión y siguiendo con esta analogía de la Vida como una gran obra de teatro, me viene a la memoria un enseñanza que me dejó un profesor; la cual se puede resumir de la siguiente manera: TODOS SOMOS CONCIENTES DE SER LOS PROTAGONISTAS PRINCIPALES DE NUESTRAS PROPIAS VIDAS PERO NO SOMOS CONCIENTES DE QUE SOMOS LOS PROTAGONISTAS SECUNDARIOS DE LA VIDA DE LOS DEMÁS.
Transformarnos en héroes implica también estar permanentemente atentos y ser conscientes de los efectos e implicancia que cada acción u omisión nuestra tiene sobre los otros. Como cuando tiramos una piedra en el agua; de la misma manera muchas veces no es una consecuencia directa pero con el efecto dominó que se genera, terminamos afectando a muchas más personas de las que ni siquiera tenemos idea que existen. Esto es lo que se llama ahora tener una mirada 360 de la vida. Es decir, no solo ir atento a mis necesidades inmediatas; sino medir también cómo afecto la vida de los demás.
Ojalá que los argentinos algún día empecemos a ser conscientes de nuestro protagonismo en la vida de los otros y logremos ponernos el traje de ese HÉROE que todos llevamos dentro.
Muchas Gracias,
Claudia Mónica Hunko
17.433.258
Villa la Angostura