16
Sat, Nov

La nadadora que desafió a la vida y al Nahuel Huapi

Meta cumplida: Karina nadó los 1.700 metros de las frías aguas del lago en Bariloche. Foto: Río Negro.
Deportes
Tipografía

Nahuel Huapi es un evento para iniciarse en certámenes de "aguas abiertas" y en el que, tanto profesionales como amateurs, se exigen al máximo en un lago cuya temperatura máxima apenas roza los 16 grados. Karina padece espina bífida, hace poco comenzó a nadar y con ayuda de una prótesis volvió a caminar.

El lago Nahuel Huapi tiene características que lo hacen único. Tan bello como inestable, hace que hasta los más experimentados lo respeten. Por segundo año consecutivo fue el escenario en el que los más aventureros pusieron a prueba su temple.

El domingo a la mañana, con el cielo despejado pero con el agua fría, 52 nadadores se acercaron hasta la playa que se ubica a pocos metros del Centro Cívico. Allí se vistieron con trajes de neopreno, recibieron las últimas instrucciones acerca del recorrido y nadaron a lo largo de 1.700 metros hasta llegar al balneario municipal Centenario.

Acompañados por los profesores de la Secretaría Municipal de Deportes y por integrantes de Prefectura Naval, los participantes avanzaron entre las olas con el único objetivo de llegar. No hubo ganadores ni perdedores: el Desafío Nahuel Huapi es un evento para iniciarse en certámenes de "aguas abiertas" y en el que, tanto profesionales como amateurs, se exigen al máximo en un lago cuya temperatura máxima apenas roza los 16 grados.

Entre el pelotón se destacan tres amigas que al llegar se abrazan emocionadas. Una de ellas es Karina Fassi, quien volvió a caminar superando cualquier diagnóstico médico. "Empecé a nadar como ejercicio de rehabilitación, pero terminó siendo un deporte", explica a "Río Negro" mientras tiembla de frío y espera que le acerquen una bebida caliente. Karina (40) es contadora, vive en Bahía Blanca y padece espina bífida.

Dispuesta a contar su historia de vida a quien la quiera escuchar, comenta que todos sus amigos están en sillas de ruedas. Tras su última operación en el Fleni, comenzó a nadar y con ayuda de una prótesis volvió a caminar por sus propios medios. Incluso participó del Mundial de Aguas Abiertas realizado en Nápoles, en un viaje que le permitió conocer al papa Francisco. El Desafío Nahuel Huapi sirvió para que Karina se pusiera a prueba.

Como en la vida, miró a lo lejos el punto de llegada, se lo propuso como un objetivo y luchó para alcanzarlo. "Quiero demostrar que se puede salir de la silla", explica en un mensaje con el que intenta llegar a todos aquellos que todavía buscan su meta.(AB-Río Negro)