Como es tradición la comunidad de la parroquia local organizó un pesebre viviente que se realizó en la Plaza San Martín. Buen marco de público y una presentación que superó las expectivas. Galería de fotos.
El pesebre viviente que se realizó este 25 en la plaza principal de Villa la Angostura superó todas las expectativas y se llevó todos los aplausos de turistas y residentes que se acercaron ante esta propuesta de la parroquia local.
Y es que el evento religioso fue organizado una vez más por la comunidad de la Parroquia Nuestra Señora de los Lagos pero en esta oportunidad se destacó el buen nivel del audio, los efectos de las luces, además de las vestimentas y la actuación de quienes se sumaron a esta propuesta para recordar el nacimiento de Jesús, junto a todo lo que esto significa.
Se realizó en la Plaza San Martín donde el EPEN cortó la luz de la primera cuadra de la avenida Arrayanes para permitir que se pudiera apreciar la representación que se destacó gracias al desnivel del terreno sobre la calle principal.
No es menor el dato del paralelismo que se representó simultáneamente sobre una pantalla para "recordar" quienes hacen honor a los mensajes de Jesús a través de sus acciones diarias, solidarias y desinteresadas en bien del prójimo. Así como el caso del trabajo que se realiza en el CET, los Bomberos Voluntarios con su trabajo y hasta el gesto de solidaridad regalando golosinas por todos los barrios o celebrando el Día del Niño o la Escuela Especial, por dar un ejemplo, además de la visita del Obispo Virgilio, o la Peregrinación náutica de Nuestra Señora del Nahuel Huapi que representa las raíces de la primera evangelización permanente en la historia de la Patagonia, ocurrida a orillas del Nahuel Huapi a través de los misioneros jesuitas en el siglo XVII.
Este pesebre viviente consolida una tradición que, desde la parroquia y con el trabajo del Padre Daniel y una grupo de vecinos, busca consolidarse como un atractivo más para esta fecha tan importante como lo es el nacimiento de Jesús de Nazaret, y con ello el principio del mensaje de amor que Dios nos hace llegar a cada uno de nosotros.
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