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El vapor Cóndor, aquel fiel amigo de los pioneros de Villa la Angostura

Historia
Tipografía

El remolcador "Helvecia" primero y posteriormente el vapor "Cóndor" traían la mercadería a los primeros pobladores del paraje "Correntoso", hoy Villa la Angostura. Las 60 toneladas de esta embarcación fueron llevadas a hombro, pieza por pieza y se volvió a armar en Blest en el año 1990.

Un Capitán de leyenda en un gran lago transparente

El trayecto trazado de la navegación partía desde Bariloche a Puerto Pañuelo, y luego se llegaba a Laguna Frías por el "camino planchado". El "Cóndor" cumplió servicio de transporte de personas y mercaderías durante décadas y fue en 1953, cuando el vapor fue desmantelado en Bahía López.

Por este medio los primeros pobladores del paraje "Correntoso", hoy más conocido como Villa la Angostura, recibieron las mercaderías que no podían llegar por tierra hasta este sector del Nahuel Huapi. 

Al no existir los caminos, el medio lacustre era el único que comunicaba a aquellas familias que comenzaron a habitar este rincón del noroeste del Nahuel Huapi. Su silbato hacía que los pobladores con sus botes se acercaran al vapor y entregaban sus productos, para recibir materia prima como aceite, azúcar o ropa, herramientas, semillas y hasta remedios, entregando carne, madera, dulces y hasta trigo y maíz cuando se cultivó en la estanzuela La Bellunesse de la familia Colletti.

Una vez por semana- después el servicio se hizo más seguido- los mismos pobladores utilizaban su servicio para podes ir hasta el pueblo de San Carlos (hoy de Bariloche) para hacer trámites o poder ir al médico o al dentista, temas que por aquellos años tenían "otros tiempos" a los que hoy estamos acostumbrados.

 

Un tal Daniel Márquez

Don Daniel Márquez llegó a Bariloche contratado por la Sociedad Comercial y Ganadera Chile & Argentina, para capitanear el "Cóndor", y lo hizo.

Contaba sólo 24 años, y su experiencia en la navegación en una dalca, con dos cortos remos en una época plagada de supersticiones. Rápidamente tuvo que aprender lecciones en aguas inquietantes, frías y profundas, rodeadas de misterio. Pero Don Daniel contaba con un bagaje que lo ayudaría siempre: sus abuelos, su padre y sus hermanos fueron navegantes.

Su hermano Nicolás (Ñico) llegó dos años después. Fue práctico en la lujosa motonave Modesta Victoria, botada en 1937 y se jubiló sobre esa nave. Su tercer hermano llevó sus sueños de marino hasta Ing. White, en Bahía Blanca. Don Nicolás Márquez construyó una casa en el año 1898 en el lugar en donde hoy está la Plaza Italia de Bariloche.

En ese lugar había árboles bajos y el capitán plantó otros para que brinden su sombra en los cortos pero cálidos veranos. En aquellos años, en la aldea era todo sencillo, reinaba la tranquilidad y la seguridad, la vida transcurría en el pequeño poblado. Nicolás se casó con Griselda Barría y tuvieron 3 hijos: Rosa, Elvira y Daniel, que cursaron sus estudios primarios en la Escuela 16.

El ánimo, la fantasía quizás, de los pobladores de finales del siglo XIX los llevó a bautizar el muelle de la aldea naciente como "Puerto del Capitán", donde viajeros ilustres y anónimos, fueron transportados durante todos estos años.

Impresionados por la majestuosidad del lago y las montañas circundantes, dejaron su "marca" en el libro de Bitácora del "Cóndor"; escritos, testimonios y hasta algunos poemas.

Visitas ilustres 

Recorriendo sus páginas nos encontraremos con varias celebridades como la presencia sobre el lago del Duque de Windsor y hasta el Príncipe de Gales, quien expresa por sí mismo la relevancia que la región tenía para los europeos.

Don Daniel Márquez en sus recuerdos escribe "Yo llevé al Perito Moreno a Puerto Blest en una lancha y lo acompañé por tierra hasta Peulla. Era la época del segundo viaje del Perito al Nahuel Huapi..." Tuvo también la suerte de transportar al Coronel Holdich, el emisario y Eduardo VII, que actuaron como mediadores cuando se dilucidó la cuestión de límites entre los dos países.

Bajaron en un extremo de la península Llao Llao, ya que al Coronel le gustó la belleza del lugar y al volver a la embarcación se dió cuenta que había dejado olvidado su pañuelo. Desde entonces se lo empezó a llamar como "puerto del pañuelo", después fue Puerto Pañuelo.

El pasaporte que le permitió trabajar a Daniel Márquez fue extendido el 1º de julio de 1928 por el Consulado de Chile y donde los antecedentes del Capitán son acreditados por Primo Capraro y Pedro Longaretti, dos vecinos muy activos de la aldea de montaña. En el documento constaba que Daniel Márquez vive 33 años en Argentina.