Fue un 22 de mayo de 1910 cuando las muestras de trigo de la estanzuela "La Bellunese", de Primo Capraro, lograba un premio nacional en la Exposición Rural del Centenario que se realizaba en Buenos Aires.
En 1907 don Primo Modesto Capraro funda la Estanzuela “La Bellunesse “, nombre elegido en honor a su provincia natal, que está ubicada en la actual ruta 40, apenas iniciado el camino frente al lago Espejo, en el denominado Camino de los Siete Lagos.
Pero debido a las diversas actividades que el inquieto inmigrante italiano realizaba por aquellos tiempos, como constructor principalmente, además de la explotación agropecuaria y aserradero en su lote N° 8, decidió invitar a un amigo de su provincia natal para que se hiciera cargo de la explotación: Domingo Colletti.
Una vez afianzado como encargado de la estancia, Domingo lo llama a su hermano Carlos, que tenía por entonces sólo 14 años, para que viniera a la Argentina ofreciéndole trabajo en la misma estanzuela “La Bellunese”.
Trigo: un premio que sorprendió
Es de resaltar el importante premio obtenido por la calidad de los trigales sembrados el 22 de mayo de 1910 por este establecimiento. Fue durante la Exposición Rural del Centenario las muestras llevadas por el andaluz José Mora Griega que consiguieron en Buenos Aires una importante distinción.
La calidad de las semillas utilizadas, y que fueran enviadas desde Belluno, a pedido del mismo Capraro, sumado a la fertilidad de la tierra virgen hasta aquella época, lograron tan sorprendente resultado.
La Bellunesse contaba con unas 4.000 hectáreas, y pagaba un canon por el pastaje y uso de la tierra en la Oficina de Pastoreo que se encontraba en el pueblo de San Carlos, hoy de Bariloche.
Esto se debía a que el lote otorgado en forma precaria a Primo Capraro, no estaba dentro de los cedidos por la Colonia Patoril Nahuel Huapi.
Foto: El vapór Cóndor era el que transportaba la materia prima para los hermanos Colletti, y también para el resto de los sacrificados pobladores del "paraje Correntoso" (hoy Villa la Angostura).
Tiempos difíciles para aquellos pioneros
Resulta sorprendente la anécdota del cobrador de pastoreos fiscales, muy conocido por los pobladores del “paraje Correntoso” don Enrique Alzaga. Éste se encontraba a cargo de la mencionada Oficina de Pastoreo, y era amigo personal de Domingo Colletti y Primo Capraro.
Fue el 5 de febrero de 1915, cuando “en un ataque de demencia, desde la puerta de su oficina en pleno centro, y a 50 metros de la Comisaría, armado de una carabina y un revolver descargó no menos de 30 tiros en el término de 15 minutos – según las crónicas – y sembrando el pánico recorrió las calles del pueblo”.
Luego prosigue “porque las casas son de madera y se corría peligro hasta en el interior de las mismas”. Finalmente fue reducido por otros pobladores, quienes lo entregaron a la policía, y volvió la tranquilidad al pueblo.
Siembra de trigo y papas
Regresando al establecimiento rural que manejaban los hermanos Colletti, con la siembra de trigo y papas, así como la ganadería en base a la cría de vacas se basaba la economía en aquellos tiempos.
Foto: Arreo de vacas cruzando el río Correntoso por su desembocadura.
La huerta familiar y los pequeños animales de granja, completaban el paisaje diario en esta estanzuela cordillerana.
En 1916 estuvo hospedada en “La Bellunese“ – por invitación de Primo Capraro, ampliando incluso, una habitación para darle mayor comodidad – la periodista y poetisa Ada Elfleín, quien escribía para el diario porteño La Prensa.
Foto: En la estanzuela Quetrihue, de la familia Lynch, también se sembró trigo con muy buenos resultados. Hoy este sector es muy concocido por el Bosque de los Arrayanes.
En la actualidad, reside en Villa la Angostura la descendencia directa de la familia de don Carlos Colletti; quienes poseen un permiso especial del mismo predio que se pretende transformar en un sitio histórico.
Aún se pueden observar parte de las construcciones originales, que tienen en su haber, más de un siglo de historia.
Yayo de Mendieta
Villa la Angostura